Si quieres comprar un sofá nuevo, debes conocer las características esenciales de los mejores sofás, lo cual requiere tiempo y reflexión. Tienes que pensar en un estilo, color y acabados que concuerden con el lugar donde lo vas a poner. También debes valorar el tamaño, que dependerá del espacio del que dispongas. Además, querrás que esté hecho con buenos materiales, que sean resistentes y duraderos.
El tamaño
Lo primero que tienes que hacer es medir las puertas por donde tiene que pasar el sofá. Esto es muy importante cuando el sofá viene en una sola pieza, porque puede que no sea posible meterlo por la puerta ni por la ventana. Sin embargo, en muchos casos, el sofá puede separarse en piezas. La zona de asientos, la de reposabrazos y los cojines de cabecera pueden venir separados, lo que facilita la introducción del sofá en el lugar elegido.
También es importante medir todas las dimensiones del sofá cuando está completamente armado antes de comprarlo. Tienes que valorar si el tamaño es adecuado al espacio disponible y al salón en general. Un sofá demasiado pequeño te va a quedar ridículo. Por el contrario, un sofá demasiado grande puede ser desproporcionado. Una medida que en algunos casos es crucial es la altura de todo el respaldo del sofá. Si el borde superior de los cojines de cabecera está a demasiada altura, te va a quitar visibilidad, sobre todo si el sofá lo vas a colocar entre la mesa del salón y el televisor.
El estilo
El estilo es una de las cosas que más vas a tener en cuenta al elegir un sofá nuevo. Por supuesto, debe gustarte, pero también debe adaptarse al esquema y espacio de tu salón.
Algunas personas prefieren sofás de estilo tradicional. Estos suelen tener diseños más decorados, con colores llamativos, brazos enrollados y, frecuentemente, con tapicería de cuero con botones incrustados.
Sin embargo, la mayoría de la gente se suele decantar por sofás de estilo más moderno. Estos se caracterizan por ser más lineales, menos decorados y de colores más apagados. Encajan mejor en salones sin demasiada ornamentación. También tienden a ser más cómodos y más fáciles de limpiar,
El tapizado
El material del tapizado es el componente en el que más te vas a fijar. Vas a tener muchas dudas porque no sabes cuál es mejor. Además, sabes que va a influir en el tono de tu salón y en la durabilidad del sofá.
El tapizado de algodón y/o lana te permite elegir entre una amplia gama de colores y dibujos. La tela suele ser de tacto agradable, suave, durable y fácil de limpiar. El mayor inconveniente es que estas telas son propensas a la formación de pequeñas bolitas con el paso del tiempo, aunque no suelen mostrar gran deterioro, incluso, después de varios años.
El cuero es un material elegante y resistente. Sin embargo, hay diferentes calidades de cuero. Eso lo vas a notar en el precio. El cuero de mejor calidad es fino y suave al tacto. Además, es muy duradero y fácil de limpiar. Un inconveniente es que puede sentirse frío cuando te sientas en él, sobre todo en invierno, mientras que se calienta al rato de estar sentado e, incluso, puede sentirse pegajoso en verano. Otro inconveniente es que los roces o raspaduras dejan marcas. Esto es especialmente peligroso si tienes un gato.
Una alternativa económica al cuero natural, es el cuero sintético. Algunos imitan notablemente al cuero natural. Sin embargo, el cuero sintético es propenso a agrietarse y pelarse, por lo que no es muy duradero.
Otros materiales habituales son las fibras sintéticas, que pueden ser atractivas, son fáciles de limpiar y muy duraderas. Uno de los mejores tipos de fibra sintética es la microfibra, que se deteriora poco, es resistente a las manchas y mantiene la coloración. Otro es el poliéster, que también es resistente a las manchas y duradero, pero requiere más cuidado.
El relleno
Dado que la parte interna del sofá no se ve, tendrás que fiarte de lo que te diga el fabricante o el vendedor. El relleno es muy importante, pues es lo que le da la comodidad al sofá. Los tres principales materiales de relleno son la fibra, la gomaespuma y las plumas.
Habitualmente, la fibra es de poliéster y suele dar gran sensación de comodidad. Sin embargo, requiere un poco de cuidado, ya que tiende a deformarse y hay que recolocar los cojines para preservar su apariencia.
La gomaespuma es más firme y mantiene bien su aspecto, incluso con el uso frecuente, por lo que requiere muy poco mantenimiento. Puedes elegir la densidad de la gomaespuma, dependiendo de la firmeza que quieras. La de mayor densidad es más firme y mantiene mejor su forma. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la gomaespuma pierde algo de volumen con el tiempo.
Las plumas naturales dan mucha sensación de comodidad, ya que el sofá se hunde suavemente al sentarte. Sin embargo, eso hace que se deforme y requiera la reacomodación y el volteado frecuente de los cojines para mantener su apariencia.
Por último, algunos sofás tienen relleno de mezclas de diferentes materiales. Por ejemplo, las plumas pueden mezclarse con gomaespuma o con fibra para darle a los cojines las propiedades de ambos componentes. Las plumas le dan comodidad y los otros materiales le aportan firmeza y resistencia.
El armazón
Otro de los componentes no visible es el armazón del sofá. Tendrás que fiarte de lo que te digan. Pero debes preguntar por la estructura interna y la calidad de la construcción. De eso depende en gran medida el nivel del sofá. La estructura de un buen sofá suele ser de madera maciza, habitualmente de pino. En algunos casos se utilizan barras de hierro, que le dan mucha resistencia, pero el hierro se oxida con el tiempo. Por último, hay armazones hechos de conglomerado de madera, lo que permite abaratar mucho el sofá, pero es un material poco resistente y menos duradero que los anteriores.